La semana pasada, leí un libro llamado El Lazarillo de Tormes. Es una historia sobre un niño llamado Lázaro que vive muchas aventuras. Desde el principio, me gustó porque Lázaro es muy listo y siempre encuentra soluciones a sus problemas.
Lázaro trabaja para diferentes personas. Primero, trabaja para un *ciego*. El ciego no era bueno con Lázaro y lo trataba mal. Pero Lázaro usa su inteligencia para *engañarlo* y conseguir comida. Una vez, Lázaro le hace una *broma* al ciego para vengarse, y eso me hizo reír.
Después, Lázaro trabaja para un *clérigo*, que es una persona religiosa. Este hombre era muy *tacaño* y no le daba casi nada de comer. Entonces, Lázaro tiene que buscar maneras de conseguir pan sin que el clérigo lo descubra. Fue interesante ver cómo Lázaro siempre encuentra una forma de sobrevivir.
Más tarde, Lázaro trabaja para un *escudero*, un hombre que parece rico pero no tiene dinero. Aunque el escudero no tiene comida ni dinero, trata a Lázaro con respeto. Esto me hizo pensar en cómo las *apariencias* pueden engañar.
Al final del libro, Lázaro encuentra un trabajo como *pregonero* en la ciudad de Toledo. Aunque su vida sigue siendo difícil, está contento porque ya no pasa hambre.
Este libro me enseñó mucho sobre la vida en el pasado. Me gustó porque habla de temas como la *supervivencia*, la *astucia* y la lucha por una vida mejor. Es una historia divertida e interesante.
En resumen, leer El Lazarillo de Tormes fue una experiencia muy buena. Aprendí sobre cómo las personas pueden ser fuertes y valientes en situaciones difíciles.